Crisis nuestra de cada día

En nuestra querida Argentina es innegable que recurrentemente o cíclicamente tenemos crisis económicas, ya es parte de nuestra idiosincrasia por lo que es de suma importancia estar preparados, no entrar en pánico ni mucho menos paralizarse. Es clave contextualizar el momento actual y saber que tarde o temprano va a pasar y, seguramente, los que sepamos “aguantar” y lograr capear la tormenta saldremos fortalecidos.

Un segundo paso consiste en reaccionar a tiempo y tomar medidas tendientes a reducir al mínimo los costos fijos y todos los variables que no correspondan a la maximización de los beneficios, es decir que en pocas palabras hay que “ajustarse el cinturón” todo lo posible pero sin llegar a extremos que puedan perjudicar la eficiencia, no es lo ideal desprenderse del personal valioso, reducir servicios altamente valorados por los clientes (por ejemplo la venta y reparto a domicilio, quitar el café del mostrador, etc.), también evitar a toda costa los quiebres de stock en productos de rotación o que hagan al corazón del negocio (por ejemplo si nuestro negocio se llama Electro Peugeot no nos puede faltar una bobina del 206 como la BI0056MM).

Si contamos con una base económica es el momento perfecto para aprovechar incontables oportunidades que se presentan como las ofertas por volumen o por pago, de distribuidoras que, ya sea por necesidad de caja o sobrestock van a llegar permanentemente porque estos descuentos otorgan siempre mayor rentabilidad que tasas o divisas y lo más importante de todo genera un lazo con el proveedor que perdura en el tiempo por lo que pasada la crisis nos continuará entregando beneficios. Lo mismo podemos decir del personal que si es involucrado y comprometido con nuestra visión será importantísimo para superar la crisis a medida que le delegamos responsabilidades y confianza para que trabaje en equipo y “se ponga la camiseta” ya que de esa manera evitará gastos innecesarios, hará el máximo esfuerzo para que cada cliente se vaya sí o sí con un producto y además vuelva debido a la atención recibida por una persona que conoce y con la cual seguramente ha generado un vínculo.

En definitiva, se trata de fidelizar a los clientes internos y por extensión los externos porque es por todos sabido que es más fácil venderle algo a un cliente regular que a uno de paso, por eso hay que cuidar muy especialmente a los primeros ya que los clientes leales gastan más, son menos sensibles al precio y nos recomiendan, por lo que cuidar los clientes es fundamental, y si esto ocurre debemos preocuparnos y saber por qué está ocurriendo para poder combatirlo. Con los de paso, los que nos hayan recomendado los clientes habituales o aquellos que nunca han venido, seguir una estrategia de captación de estos, a través de un plan de visitas continuo recorriendo talleres y empresas.

A todo lo anterior hay que sumarle muchísima energía y fuerza que hay que tomarla de donde sea (puede ser nuestra familia, seguir un sueño, el compromiso social con la familia del personal, o cualquier otro que nos impulse), ser creativos y no descartar ninguna opción de optimizar la capacidad instalada, por ejemplo, el uso de redes sociales para vender o apoyar la venta ya sea mediante Facebook, WhatsApp, Mailing, etc.

Ése es uno de los caprichos de la oportunidad. Tiene el curioso hábito de aparecer por la puerta de atrás, y a menudo viene disimulada con la forma del infortunio, o de la frustración temporal. Tal vez por eso hay tanta gente que no consigue reconocerla”. Napoleón Hill.

Marcelo Herrera – Ventas – Reydi de HP S.A.

Dejar un comentario